martes, 7 de febrero de 2012

Patscherkofel (2246m) y Viggarspitze (2306m). 30/01/12

El Patscherkofel contempla la ciudad desde el sur como un gigante dormido. Con su característica cima redondeada es la montaña olímpica y emblemática de Innsbruck. Ha sido en dos ocasiones sede de las pruebas de descenso masculino en los Juegos Olímpicos de Invierno, y en ella se han desarrollado parte de los primeros Winter Youth Olympic Games de este mismo año, hace escasas semanas.

Foto tomada desde el Viggarspitze. Innsbruck se sitúa a la derecha del Patscherkofel, bajo las nubes.

Resumen de la ruta
Inicio: Patscherkofelbahn, Igls (893m)
Final: Sistrans (919m)
Cumbres:
Patscherkofel (2246m)
Viggarspitze (2306m)
Distancia: 19km
Desnivel de subida: 1750m
Desnivel de bajada: 1750m
Tiempo: 9h30 (paradas incluidas)


Se acumula el trabajo con entradas atrasadas pero es que, a decir verdad, el poco tiempo libre que hemos tenido esta última semana lo hemos aprovechado al máximo para salir a la montaña, dejando el blog un poco apartado. Es hora de empezar a recuperar estas salidas. En esta ocasión, madrugando demasiado, llegamos en el primer bus del día a Igls, pueblo situado en el extrarradio de Innsbruck, en el cual empieza el Patscherkofelbahn, el teleférico que da servicio a toda la estación de esquí de esta montaña.

Rodeando la estación base (a estas horas aún cerrada) por la izquierda, tomamos una carretera cubierta de hielo que sale del pueblo, adentrándose poco a poco en la montaña. Avanzamos en dirección a las luces, tamizadas por la niebla, de la siguiente estación, ya en las afueras. Se trata del complejo del restaurante y demás instalaciones En un kilómetro más o menos, cruzamos la carretera L38, y seguimos por una pista de servicio, ya completamente cubierta de nieve, por la que seguramente se mueva toda la maquinaria de la estación de esquí. En verano, por supuesto, camino de paseo.

Tras un par de curvas, la pista por la que subimos se pierde en el entramado de las pistas de esquí, que imponen una nueva geometría en la montaña. Lo que en verano seguramente sea una pista que sube zigzagueando, se convierte en una rampa de pendiente continua, por la que no nos queda otra opción que subir.


Las luces de un nuevo día aparecen en los Alpes...


...sobre un mar de nubes que será protagonista durante toda la jornada.


Vamos avanzando por interminables pistas de esquí fantasma. Aún queda tiempo para que la estación abra, y se hace extraño avanzar por estos sitios sin nadie alrededor...


Las pistas se suceden, y parecen no tener fin. Mas de mil metros de desnivel por pista de esquí, ¿quién nos mandará hacer estas cosas? jajaja.


Aún así, las vistas con las primeras luces nos recompensan por las horas de sueño perdidas...


Cuando ya pensamos que debemos estar llegando arriba, aparece otra curva más en las pistas, y la cima no se deja ver por ningún sitio...


...eso sí, el mar de nubes, impresionante.


Finalmente, y tras algo más de dos horas, alcanzamos la estación superior, a partir de la cual terminan las pistas y solo nos quedan unos doscientos metros de desnivel hasta la cima...


...a la cual llegamos en otra media hora. Patscherkofel (2246m)...


...a la sombra de la inmensa antena de su cima. La Bola del Mundo de Austria, nos decimos. Hasta casi son de la misma altura y todo jejeje. Aunque por lo que veo en otros blogs, creo que la de aquí tiene bastante más nieve...


Todo esto mientras nos escondemos tras una caseta de instalaciones, porque el viento es insoportable. Y unido a las bajas temperaturas...uff!


Nos ponemos las polainas y las raquetas, pues aquí arriba la nieve está bien blanda, y tras ello necesito casi un cuarto de hora para hacer entrar en calor mis manos, que se me han quedado congeladas...y menudo dolor.

Hacia el oeste se extiende la cresta hasta el Glungezer (2677m), y el plan es continuar por ella hasta donde lleguemos...


Bajando del Patscherkofel...


...una panorámica hacia Innsbruck, oculta entre las nubes...


Atravesamos lomas de nieve virgen...


...aunque es más probable que el viento haya ocultado las huellas, pues ya hace tiempo que no nieva y me parece extraño que nadie haya pasado por aquí desde entonces.


Atravesamos unos cuantos rincones preciosos ocultos entre los recovecos de piedras y árboles...


...abrigados al máximo, pues el viento sigue sin dar tregua...


...descendiendo casi siempre, pasamos una cruz en recuerdo de algún montañero caído...


...y la dejamos atrás. Parece que por aquí ya vemos alguna que otra huella de esquís.


El persistente mar de nubes sobre Innsbruck y sobre todos los valles de alrededor...


...deja entrever enormes icebergs nevados.


Siguiendo la cresta...


...llegamos al refugio Boscheben, cerrado.


A partir de aquí, se acaba la bajada. Y toca subir de nuevo...


...pero como somos así, cogemos un camino erróneo y hacemos casi dos kilómetros cuesta abajo que luego tuvimos que desandar, pero esa es otra historia...


El caso es que se trata de seguir la cresta en todo momento...



Lejanos picos se elevan sobre las nubes...


...cruces y más cruces por todos lados...


Los Alpes de Stubai hacia el suroeste, con los Tribulaum destacando sobre los demás.


Nosotros continuamos caminando, conscientes de todo lo que nos rodea...


...observando la bien pateada Nordkette desde otra perspectiva...


...en dirección hacia el Viggarspitze (2306m), siguiente pico en la cresta hacia el Glungezer.


Atrás queda el Patscherkofel...


...y poco a poco las fuerzas nos van abandonando. Como se nota la falta de ejercicio de las últimas semanas...


Una panorámica hacia atrás, con una pequeña cima sin nombre en primer plano.


El Viggarspitze se cierne sobre nosotros, la aproximación nos ha costado más de la cuenta, y la nieve blanda no ha ayudado para nada, pero todavía no es hora de rendirse.


Nos sentamos un momento para recuperarnos mínimamente, y de repente me siento observado...¿por qué será?


Cuando nos ponemos en marcha de nuevo, descubrimos un punto débil de las raquetas de nieve, y son las pendientes acentuadas, en las que no se puede avanzar directamente, y hacerlo en zig-zag se hace muy incómodo.


Suspirando y resoplando, tardamos casi media hora en superar lo que en verano sería una lomita de nada, pero finalmente llegamos a la cima. Hacia el este, la cresta continúa, con el Glungezer en el centro de la foto...


Nos encontramos en una perfecta atalaya. Hacia el norte, el Neunerspitze y los Alpes de Karwendel...


...el increíble mar de nubes...


...el Patscherkofel...


...los Alpes de Stubai...


...con el Serles y el Habicht...


El lugar es idóneo para una panorámica (pinchar para ampliar)...


Instantáneamente se pasan todos los males con estos regalos a los ojos...




Viggarspitze (2306m).


Y antes de quedarnos fríos, iniciamos el descenso...



...por el mismo camino que la subida, solo que a los pies de este último pico, en un pequeño ejercicio de orientación, con ayuda del plano...


...abandonamos la cresta, bajando por el norte, en busca de cierto refugio...



...que encontramos posteriormente entre los árboles...


Se trata del Isshütte, también cerrado y bien cubierto de nieve.


A partir de aquí encontramos diferentes huellas...



...que pcoo a poco nos hacen adentrarnos de nuevo en los bosques...


...y en la niebla...


Como siguiente punto de referencia, tomamos el Sistranser Alm...


...a partir del cual ya solo nos quedará bajar hasta la civilización...



...acabando la ruta en el pueblo de Sistrans, a veinte minutos de bus de Innsbruck.

En breves, iré subiendo las demás entradas pendientes. Hasta la próxima.

2 comentarios:

  1. Que paraiso amigos...no me extrañaría nada que no estuviéseis estudiando...jejeje...a seguir disfrutando pareja!!!
    PD, por aquí ya tenemos nieve, y un frío que pela, -12º y un viento ferozzzz...

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  2. Sherpa, demasiado que salimos un par de días jajaja. No veas lo que duele tener todo esto a la vista de nuestras ventanas y no poder salir...
    Me alegro por la nieve, el frío parece que está en todas partes ahora jajajaja. Un abrazo!

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